Me he cansado de leer
comentarios sobre lo ineficiente y poco objetiva que fue la marcha de ayer,
primero de septiembre. No voy a decir mentiras pues para mí tampoco fue la
marcha con más sentimiento o que me produjo más emoción, sin embargo no dejo de
lado la increíble valentía que caracterizó al pueblo venezolano en la
movilización de ayer y mucho menos que se logró un objetivo: le dejamos BIEN
claro al presidente que somos millones de personas que queremos revocarlo y que
ya no hay manto que lo cubra ni dinero que lo sustente.
Ayer le dimos un
mensaje al mundo que reflejaba desespero, hambre, miedo, cansancio, lágrimas, y
de más, pero más que todo esperanza. Esperanza y ganas de luchar, ganas de
salir adelante. Ayer le dijimos a Nicolás Maduro “aquí estamos, y vinimos para
quedarnos”. Ayer dijimos basta. Basta de colas, basta de balas, basta de
terror, basta de racionar, de sufrir, de injusticia y de corrupción. Ayer
dijimos basta porque queremos empezar a vivir y dejar de sobrevivir.
Ayer le mostramos al
universo entero que los venezolanos no nos damos por vencidos, que tenemos 18
años luchando y eso no nos quita los ánimos para seguir haciéndolo. Demostramos
valor, poder, unión, y que la desdicha no ha podido con nuestro optimismo. Ayer
le dijimos adiós a la incertidumbre y al pánico, para abrir las puertas a un
camino lleno de bendiciones.
Por lo general escribo
con angustia y desesperanza, pero hoy puedo decir que veo una lucecita, a lo
lejos, pero la veo. Hoy puedo decir que tengo más fuerzas que nunca para llegar
hacia ella, sobrepasando cualquier obstáculo que Dios crea correcto poner en
nuestro camino. Antes de ayer pensaba que ya no había remedio para nuestro
infortunio, pero hoy me siento dispuesta a poner sangre, sudor y lágrimas para
lograr ese objetivo que todos nos proponemos y que todos juntos lucharemos por
alcanzar.
Hoy le doy gracias a
mi país por devolverme la confianza y por recordarme que le hice una promesa a
mi tierra de agraciarla de nuevo luchando contra esta adversidad.
Venezuela es un
pedacito de cielo, un lugar lleno de bondad y de belleza, de alegría y de
ilusión, tomado por un régimen tirano que intentó arrebatarnos desde la
jovialidad, hasta el último suspiro de fe. Pero ese grupo que hoy nos toca
llamar gobierno nunca se imaginó que tendría que luchar contra un pueblo y una
juventud que no se da por vencida. Lo importante es nunca olvidar que el que se
cansa pierde, pero Nicolás, me llena de dicha infomarte que aquí lo que sobra
es energía.
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COMENTARIOS:
Excelente comentario de una ORGULLOSA ABUELA,
Amigos, hasta el día de hoy he circulado los escritos de mi nieta (hasta lo publiqué en Facebook) no solamente por ser mi nieta sino porque me llegan a lo más profundo del alma. Hoy le dije que lo haría por última vez pues cuando se tiene el don, como obviamente lo tiene ella, de expresar sus opiniones y sus vivencias con inteligencia y que transmiten lo que muchos de su generación sienten pero no tienen la capacidad o quizás hasta el interés de expresarlo, es necesario sacarle filo y no limitarlo solo a que sea su abuela la que lo lea, interprete y juzgue, para bien o para mal. O sea que este escrito lo circulo porque, además de tener los contactos, es una manifestación palpable de los sentimientos de nuestra juventud que hasta ahora no ha vivido sino una dictadura oprobiosa y al fin, después de la apoteósica marcha del 1º. de sept. está percibiendo la luz al final de un largo túnel. Dios bendiga a los venezolanos, y en especial a nuestros jóvenes que son los forjadores de una nueva Venezuela.
María Luisa
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Este es un ejemplo que Venezuela cuenta con una Juventud preparada, inteligente, venezolanista y con deseos de no solo recuperar la Patria sino convertirla en un Gran País que se insertará Gloriosamente en el Concierto Internacional..
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