Carreras
de caballos, ¿dinero rápido?
Desde
tiempos inmemoriales, estos eventos han despertado la imaginación de poetas,
criadores y apostadores que ven en ellos un gran negocio.
La carrera de caballos
más larga del mundo recorre 400 kilómetros.
24-10-2014
POR: MANUEL PINEDA
Las carreras
de caballos son, por definición,
fascinantes. Desde tiempos inmemoriales, ver correr a esos seres mágicos ha
despertado la imaginación de poetas, historiadores, artistas plásticos y, por
supuesto, de criadores
y apostadores que ven en ellos un gran
negocio.
Los
registros de las primeras carreras se pierden en la profundidad del tiempo. Los más antiguos se remontan
a la antigua Grecia,
Etruria y Roma, donde tuvieron carácter funerario y religioso. En
cuanto a hipódromos como los conocemos hoy
(con carros tirados por caballos y un público emocionado) su primera mención
aparece en los cantos del poeta Píndaro, al narrar el desafío
entre Pelope y Enomao.
En
lo sucesivo, la historia de las carreras ha evolucionado en reglas, modalidades
y finalidad. Hoy es una fuente de adrenalina y –con suerte– una de riqueza para
los hombres de fe.
En las carreras se puede ganar mucho
dinero, pero igual perderlo
En
las gradas de los hipódromos es común ver a cientos de personas mirar atentos
el paso de caballos que, sobre tierra húmeda, muestran sus dotes. A diferencia
de los socialité, los más concentrados revisan una y otra vez las estadísticas.
Boleto en mano, esperan ansiosos que haya “suerte”, que al animal al que
le apostaron o le “invirtieron” salga en un buen día.
Uno
de esos hombres es Aarón. Él es contundente: “Si mi esposa se entera que sigo
yendo a apostar, me mata”. ¿Qué tienen las carreras de caballos que mueven
tantas pasiones?, le preguntamos. Aarón señala que, en su caso, es una tradición
heredada de su padre, quien lo llevó al hipódromo cuando era
niño.
Al
preguntarle si en las carreras de caballos se gana dinero y si podríamos
considerarlo una buena opción de inversión, Aarón responde con certeza: “Sí; sí
se gana mucho dinero”, pero luego se acerca al oído y precisa: “Pero también se
pierde muchísimo”. Acto seguido, recuerda a algunas personas que conoció y que
perdieron todo su capital. “He visto caer fortunas.
Cuando
era joven venía con frecuencia un señor con que tenía mucho dinero y apostaba
fuerte. Pero su pasión se convirtió en un vicio que lo dejó en la calle. Lo
primero que tienes que PENSAR es que esto es un juego
y debes divertirte. Si vienes con la intención de volverte rico, lo más seguro
es que salgas pobre.
"Debes imponerte límites y no
obsesionarte”, concluye nuestro entrevistado, mientras pierde su
mirada en el horizonte. El caballo por el que apostó se aproxima veloz.
"Si
vienes con la intención de volverte rico, lo más seguro es que salgas
pobre", Aarón.
Tipos de carreras de caballos
En
el mundo de la hípica hay distintas modalidades de carreras. Las más comunes se
llevan a cabo en pistas
en forma de óvalo de arena o césped llamados hipódromos. Las carreras
por lo general son a
galope plano o con saltos, llamadossteeplechase. Estas carreras pueden
ser ordinarias o Grandes Premios, como el Derby de Kentucky, una de las más famosas
por la cantidad de premios y las celebridades que se dan cita.
Las
distancias van desde los 402 metros (cuarto de milla) hasta 4 mil, aunque las
más comunes rondan los mil y los 1,609 metros (una milla). En los Grandes
Premios,
las distancias van de 1,609 a 2,500 metros.
En
el tema que nos interesa, las carreras ofrecen varias opciones para apostar y
ganar, pero sería un absurdo considerarlas un instrumento de inversión formal.
Lo que sí dejan las visitas al hipódromo son ganancias intangibles como
diversión, emoción o un buen contacto.
Antes
de apostar debes considerar dos factores clave: el handicap (ve la infografía)
y el valor esperado (expected value).
¿Cuánto puedo ganar en las carreras?
Aplicadas
las teorías, procedimientos y técnicas de handicapping, es momento de
determinar cuál es el caballo que ofrece mayores ventajas como posible ganador
y garantizar que el dinero apostado corra el menor riesgo posible frente a los
demás apostadores que buscan quedarse con el dinero del pool.
En
todo evento deportivo es posible calcular el valor esperado (expected
value) del dinero apostado,
sobre todo en las carreras de caballos, pues se sabe anticipadamente el
porcentaje que el bookmaker descontará del pool acumulado y el monto
ofrecido para el ganador. Además, se muestran los odds (no tiene traducción al
español pero puede definirse como nomios) ofrecidos para cada posible opción
ganadora (4:1, 3,5:1, 9:1, etcétera).
Tomando
en cuenta los odds que ofrece cada opción
ganadora sobre el dinero apostado (no las probabilidades reales de éxito de
cada caballo, las cuales ya fueron calculadas por cada apostador mediante
estimaciones estadísticas), se puede definir el valor esperado. Este sale de la
siguiente operación matemática:
VE (valor esperado) =
(dinero a perder × probabilidad de perder) + (dinero a ganar × probabilidad de
ganar).
Un
caballo que tiene un odds de 4:1 significa que paga cuatro veces más de la
cantidad apostada. Si se le apuesta un peso, quiere decir que la ganancia es de
tres pesos descontando la cantidad apostada. La posibilidad de ganar esos tres
pesos es de 1/8, mientras que la posibilidad de perder el peso apostado es de
7/8. Siguiendo la fórmula, el valor esperado es el siguiente:
VE
= (-1 x 7/8) + (3 x 1/8)
VE=
-7/8 + 3/8
VE= -7+3 = -4
8 8
VE= -4 = -0,5
8
Como
vemos, el
valor esperado es negativo, por lo cual no representa una opción
atractiva para apostar. Desde la óptica de las probabilidades, ¢50 centavos de
ese peso están casi perdidos para completar los premios de las otras opciones
competidoras que sí tienen un valor esperado positivo.
Ya
te vas dando cuenta que el arte de apostar no es fácil, ¿cierto? Pero aunque
parezca que es una cuestión de estadística, probabilidades y operaciones
matemáticas, apostar sigue teniendo una carga de feeling, ese elemento
imposible de cuantificar pero crucial a la hora de arriesgar nuestro dinero.
Luego
de esta avalancha de datos
formales e informales, es nuestra obligación recordarte que el
factor riesgo es muy alto, y si no tienes un límite puedes acabar empeñando tus
muebles (o tu casa) para seguir apostando.
Tipos de apuestas
Para
quienes se preguntan cuántas formas de apostar hay, la respuesta puede ser
decepcionante, pues en el argot de apuestas solo hay dos: directas
y exóticas.
La
directa es la más sencilla de entender. Como su nombre lo dice, se apuesta al
caballo a primer o segundo lugar. Se le conoce como “ir
a lo seguro”, pues aunque pagan menos dinero, son muy eficientes.
Las
exóticas combinan varios caballos en la apuesta, y existen varios tipos:
* Quiniela: acertar primero y
segundo lugar, no importa el orden
* Exacta: acertar primero y
segundo lugar en orden exacto
* Trifecta: acertar del primer al
tercer lugar en orden exacto
* Superfecta: acertar del primer al
cuarto lugar en orden exacto
* Doble
selección:
acertar ganadores en dos carreras); Triple (acertar ganadores en tres
carreras); Ve x 4 (acertar ganadores en cuatro carreras); hasta Ve x 7 (acertar
ganadores en siete carreras).
¿Quiénes ganan en las carreras de
caballos?
El
otro lado de esta historia de caballos y apuestas son los dueños y criadores de
caballos. Si cuentas con un “guardadito” y te apasiona este mundo, quizás estés
en posibilidad de comprar un pura
sangre,
cuyos precios oscilan entre los $1,300 dólares (aunque seguro sea un viejo
caballo de la Marquesa o Chapultepec) hasta los $3 millones de dólares.
Un
tendencia que se ha puesto de moda son las asociaciones o sindicatos: en ellas,
un grupo
de inversionistas se junta con la idea de comprar, mantener
y correr a un caballo con la esperanza de que gane las mejores carreras del
mundo. Y en este sentido hay historias de éxito que vale la pena conocer, para
ver si te animas.
Hace
seis años, el abogado australiano Colin
Madden decidió, junto con sus
amigos de juerga, comprar un pura sangre. Los cinco compadres juntaron $315 mil
dólares y compraron una yegua de nombre Black Caviar. Nunca imaginaron que
Black Caviar ganó 23 carreras al hilo, con ganancias por $7 millones de dólares.
A
pesar del éxito, Madden es tajante en su advertencia: “Nunca compres un caballo
si piensas que ganarás dinero. Un caballo te ofrece prestigio, emociones, pero
te equivocas si buscas rendimientos garantizados por tu inversión”. El
australiano refiere que para cuando se acaba de pagar establo, alimentos,
entrenadores y jinete, los rendimientos netos rondan el 21%, lo que significa
que por cada 100 dólares se recuperan 21.
¿Qué
sí recomienda? Buscar un purasangre de buen linaje. “De esa forma, aunque el caballo
no corra, puedes usarlo para crianza o venderlo. Es una especie de seguro”
refirió.
Un
ejemplo de ello es el campeón británico Frankel, propiedad del príncipe saudí Khalid
Abdullah.
El equino generó ganancias por $4 millones de dólares durante su carrera, y
ahora en el retiro gana $188 mil dólares por cada CRUZA (y su lista de espera
asciende a 100 yeguas).
En
suma, ver a las carreras de caballos como una inversión es decisión de cada
uno. Quizá lo mejor sea ir al hipódromo, oler el dulce aroma de la bosta y
aguardar la instrucción de ¡arrancan!
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