sábado, 26 de junio de 2021

EL MILAGRO DE BUENOS AIRES



No solamente es la iglesia que fundó Cristo, también es el lugar donde Dios manifiesta su poder...


Uno de los milagros Eucarísticos más recientes tiene como protagonista al Papa Francisco. En 1996, el pontífice, entonces Arzobispo de Buenos Aires, fue testigo directo del milagro Eucarístico ocurrido en una Iglesia de la capital Bonaerense.


Alguien había abandonado una Hostia consagrada, dejándola en un candelabro.
El sacerdote, en lugar de consumirla, decidió colocarla en un recipiente con agua en el Sagrario de la capilla del Santísimo Sacramento, esperando que se disolviera.


Pocos días después, la Hostia se había convertido en una sustancia sanguinolenta.


Examinada científicamente, resultó ser una muestra de un corazón humano vivo, sometido a estrés severo (traumatizado o golpeado), era imposible que se hubiera mantenido en agua conservando sus células con vida.


El laboratorio informó además de que la muestra de tejido parecía estar aún con vida, ya que las células se movían o latían como lo harían en un corazón humano vivo.


El cardiólogo forense que la analizó, dijo:


«El material analizado es un fragmento del músculo del corazón que se encuentra en la pared del ventrículo izquierdo, cerca de las válvulas. Este músculo es responsable de la contracción del corazón.


Hay que tener en cuenta que el ventrículo cardíaco izquierdo bombea sangre a todas las partes del cuerpo. El músculo cardíaco está en una condición inflamatoria y contiene un gran número de células blancas de la sangre.


Mi argumento es que el corazón estaba vivo, ya que las células blancas de la sangre mueren fuera de un organismo vivo. Se requiere de un organismo vivo para mantenerlo.


Por lo tanto, su presencia indica que el corazón estaba vivo cuando se tomó la muestra.
Lo que es más; estas células blancas de la sangre habían penetrado el tejido. Lo que indica, además, que el corazón había estado bajo estrés severo, como si el propietario hubiera sido severamente golpeado en el pecho».


Los científicos que hicieron el estudio no sabían que era una Hostia


Se lo dijeron luego de los análisis y quedaron asombrados. Mostraron que la Hostia se había transformado en una parte del ventrículo izquierdo del músculo del corazón, de una persona de aproximadamente 30 años, cuya sangre era del grupo AB y que había sufrido mucho al morir, con seguridad maltratado y golpeado.


Concluyeron que las características de la sangre del milagro de Buenos Aires, resultaban coincidentes con las de la sangre de la Sábana Santa de Turín, del Santo Sudario de Oviedo, y de la también Hostia sangrante del milagro de Lanciano (Italia).


Además, coinciden en afirmar que:
– Las muestras corresponden a la misma persona,
– Que nació y vivió en medio oriente,
– Que la carne es actualmente un tejido que está vivo a pesar de los años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario